¡Qué feliz me siento!...aquí estoy con mi bolígrafo, que no cesa de ir donde lo llevo. Es la hora del día en que ya comienza a entrar la tarde, deberán ser las 4,30… ya dos días que ansío sentarme en esta mesita de mi hija, el calor parece que no haga tanta mella en mi y es que es tal la dicha de verme inclinada sobre el papel, yo diría que estoy pletórica de energía y me hace saborear con el alma.
Hoy mi hijo Salva ya está en su casa, como quisiera que Dios le llevara ahora pensamientos míos, que le hicieran cuidarse cada día como hace falta que lo haga. Mi hija acudió al masaje del pie, y Dios hará que descanse ya y pueda caminar, ayer me enseño como guarda mis cartas, y estoy anonadada, lo veo todo más vivo más real incluso el reglón refleja mejor lo escrito, deberán ser mis ojos, que se están alimentando de mi dicha y sienten más el origen de la vida en ellos, ya tengo dos cartas escritas, la primera para Lázaro y la otra para Aurorita.
Hace un rato me trajo Pepe folios y sobres, ya no hay que comprar sellos, ahora en correos te cuñan las cartas o venden directamente el sobre con el franqueo incluido, ¡cómo cambia la vida!, es que hace ya más de 4 años que no sale de mi mano carta alguna, pero gracias a Dios voy a seguir sobre el papel escribiendo, noto que me da vida, que una nueva ilusión alegra mi espíritu, y me quita pensamientos negativos derrotistas de “ya me llego la vejez” o “que aburrida estoy” y estoy comprobando que si la sabemos encauzar con aceptación y alegría la vejez, puede ser una etapa bella y creativa, con pensamientos positivos que nacen… aquí y ahora es imposible expresar lo que dentro de mi fluye como un caudal, es un tesoro que estaba guardado en mi interior este volumen de sentimientos traídos a este momento en que la vida me dejaba sin el corazón sano, herido en lo más profundo de sus latidos, ahora está saliendo del lugar donde estaba y por fin esta hallado la vida del SER entero.
Glorin 2010-07-23
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