Que paz y que sosiego le entra a una cuando has podido reconocer los errores que siempre tenemos al no estar presentes y dejarnos llevar por pensamientos y sentimientos negativos que nos manejan, son ideas erróneas, que al darles cabida en nuestro sentir nos hacen sufrir y de rechazo sin querer hacemos que los que nos quieren sufran también…
¡Qué paz siento ahora!, al comprender que tenía ideas erróneas y que tan solo eran eso pensamientos y que yo no soy mis pensamientos y puedo darme cuenta de ello para no hacerles tanto caso. La sabiduría esta en nosotros solo hemos de dejarla salir y en cada momento hacer lo que hay que hacer.
Hay momentos en que la vida nos llena de felicidad, por ejemplo cuando un SER querido te habla desde ese lugar lejano donde la vida le llevo, donde vive y se halla deseoso de transmitirte aunque sea a través del teléfono, su cariño, ese constante y mutuo cariño que sentimos y queremos darnos con todas las fuerzas y a manos llenas parece que tan solo es la voz, palabras, más están tan cargadas de energía de AMOR que nacen del corazón con alegría, nos abrazan y hacen dar GRACIAS A DIOS, rogando a un mismo tiempo para que podamos abrazar de nuevo juntos aquí también.
Otros momentos no son tan felices, ocurren cosas tristes y hay que aceptarlas como vienen sin rechazarlas, negarlas o luchar contra ellas, aceptar que es así en este momento y ya está, pues estoy viendo que lo que de verdad nos hace mas sufrir no es tanto lo que nos ocurre en sí, si no lo que pensamos de lo que nos ocurre, y lo que pensamos es eso un pensamiento una idea que en ocasiones puede ser incluso totalmente errónea, y si es así mejor dejarlas ir para no sufrir y hacer sufrir, una cosa es el dolor que siento en mis pies y otra cosa muy diferente sufrir por ello lamentarme o pensar “Dios mío, porque me pasa esto a mi” o “ que vieja estoy, ni siquiera puedo salir sola a la calle” todo estos pensamientos te hace caer en baches y pueden hundirnos en quejas continuas y lamentos en los que no quiero caer por ello aquí y ahora atenta y alerta y a vivir el presente aceptando con alegría lo que llegue sin miedos… ¡que Paz y que Sosiego!.
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